jueves, 13 de noviembre de 2014

Arquitectura

Cuando estaba en la secundaria y me tocó elegir que carrera profesional seguir no me fue fácil. Siempre me gustaron muchas cosas a la vez. Una de mis opciones favoritas era la arquitectura. Hoy cuando trabajo en una manta me parece que hago algo de eso. Crear espacios. 




Tuve guardada en un cajón una colección de cuadrados de 5 pulgadas (Charms) de Connecting Threads sin saber que hacer con ellos. Un dia me decidí combinarlos con tela blanca de algodón. Fue entonces que pude ponerme a jugar con las formas y los colores hasta encontrar un lugar cómodo donde pararme a coser.



El orden de los colores definitivamente afecta el producto. Ordenado o barajado los colores cambian. Juntos o separados los triángulos forman cuadrados, rombos o más triángulos.




Me gustó la idea de hacer una manta con cuadrados que esconden triángulos y colores que no "deberían" estar juntos que terminan conviviendo con armonía.





El final de la historia me gusta. El blanco es la clave que pega todo: triángulos, cuadrados y tiempo... mucho tiempo. No tengo aqui la foto del capitoneado que también llevó su maduración. 



Al final no hice arquitectura sino agronomía. Y esa es otra historia.


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